La rotura de una presa, que provoca el vertido incontrolado del contenido del embalse, puede tener un efecto devastador en las personas, los bienes y las infraestructuras situadas aguas abajo.
Es fundamental llevar a cabo operaciones periódicas de inspección y mantenimiento junto con evaluaciones del diseño para tener en cuenta cualquier modificación de las cargas. De este modo se puede identificar rápidamente cualesquiera deficiencias de estabilidad, defectos locales o fugas de agua.
La identificación temprana de cualquier problema permite desarrollar reparaciones específicas, que reducirán los riesgos sin ocasionar ningún impacto importante en la explotación de la presa.