Los tanques de almacenamiento, como los depósitos de gas natural licuado (GNL), suelen contar con dos contenciones, la primaria y la secundaria, sirviendo esta última de auxilio en caso de fuga en la primera.
Esta contención secundaria es esencial en términos de calidad, ya que debe ser perfectamente estanca y capaz de soportar la presión hidráulica ejercida por el líquido almacenado en el interior.